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El analista Marc Vidal responde a las claves de cómo afrontar la incertidumbre en este momento de revolución que vive nuestra sociedad.

Cuando todo cambia, el que cambia no siempre gana, pero el que no cambia, siempre pierde.

Acostumbramos a vivir todas las revoluciones de forma paralela a las crisis, sin relacionarlas entre sí, pero la realidad es que siempre hay una crisis cercana a una revolución tecnológica. Todas las crisis han supuesto un cambio social importante, en las que el capital está destinado a transformarse para no desaparecer. Y actualmente no nos encontramos en una situación diferente, sino más bien ante una situación económica revolucionaria. De la manera cómo afrontemos este momento dependerá nuestra capacidad de superarla o no.

Es muy común escuchar que nos encontramos ante la era de globalización, y más bien nos situamos ante la era de la desglobalización, lo cual va a suponer un cambio notable en los suministros, proveedores, en definitiva, en la manera de trabajar como la conocíamos hasta ahora.

Una situación que, para entenderla mejor, Vidal, la asemeja a un safety Car. Como si estuviéramos en una carrera de Fórmula 1, hemos sufrido un accidente social-económico y como si de un coche que compite en la misma carrera se tratase, estamos circulando uno detrás del otro. Siguiendo con el mismo símil, lo interesante es que algunos coches se han parado a remplazar las ruedas o hacer algún tipo de reparación para mejorar su vehículo, y lo cierto es que sí, que estos han perdido posiciones, ya que se han puesto al final; pero lo cierto es también, que una vez el safety car salga y el resto de los vehículos empiecen a correr, estos no tendrán que pararse, por lo que al final la ventaja será mayor respecto a los demás que no se han detenido. Si lo extrapolamos al mundo empresarial nos preguntamos, ¿qué empresas se paran, por ejemplo, a formar a sus equipos para que cuando el safety car salga de la carrera tengan todo lo necesario para no parar más?

Estamos ante un escenario económico importante en el que Vidal compara su futuro con el de un volcán, un suceso que nunca avisa de cómo va a quedar el escenario final, no obstante, sí sabemos que su alrededor va a sufrir un cambio importante.

Y es que Marc Vidal pone especial énfasis en la eficiencia tecnológica para salir de esta situación, "la clave fundamental para salir de una crisis es abrazar el futuro, la tecnología o la formación". Según el analista ello hará que puedan sobrevivir o no a una crisis, ya que como él mismo apunta, hay empresas muy tecnológicas que no son eficientes tecnológicamente, pero también existen organizaciones que no son tecnológicas, pero que sí salen de la crisis gracias a su eficiencia tecnológica.

Este es el gran reto al que para él se enfrentan las empresas y sus trabajadores, el de utilizar bien los recursos. En este sentido obtenemos el valor de la Komplejidad económica. Así, a mayor complejidad, es decir, a mayor dificultad para sustituir a sus empleados, por alta formación o por el gran valor que le da a los mismos, menos profundidad de la crisis. De modo contrario, los países o las empresas con complejidad baja tendrán menos posibilidades de sobrevivir a una crisis y durarán menos, sufriendo así una crisis más profunda.

Y es que según Marc Vidal debemos adaptarnos para poder hacer frente a este desafío digital y la tecnología juega un papel importante. Como él mismo destaca, se tiene la incierta sensación de que si se automatizan los procesos, se aplica la robotización o la inteligencia artificial, es decir, que si hacemos que las máquinas sustituyan a las personas vamos a crear sustituciones dramáticas, y eso no es del todo cierto. Prueba de ello es que Corea del Sur es el país con más robots per cápita en el mundo y allí no existe paro. Por su parte en Europa, el país con más robots es Alemania se encuentran en pleno empleo. Y, por otra parte, el país con menos robots per cápita de Europa es Grecia y es el país europeo con más paro.

Según el analista, tendríamos que entender que el futuro precisa cambios y tenemos que ser parte de ellos, y no podemos quedarnos al margen. Llegar a tiempo o no dependerá de cómo nos adaptemos a ellos.

Y es que bien es cierto, como destaca Marc Vidal, una de las palabras que está en boca de todos es incertidumbre, que lejos de connotaciones relacionadas con el miedo debería crear en todos nosotros un efecto contrario preparándonos así para el cambio, ya que son los momentos más difíciles los que nos deben llevar a la toma de decisiones.

Lo cierto es que frente a los tiempos de dificultades que se vaticinan para 2023 deberíamos sacar lo mejor de nosotros, reflejando el símil de la comenta, que cuanto mayor es el viento que le viene en contra, más le ayuda a subir. La máxima para sacar adelante estas mejoras es el aprendizaje y la capacidad de que nos podemos equivocar, porque quien no lo intenta no se equivoca y el error es lo que nos hace mejorar.

Tal como destaca Vidal, estamos ante una revolución tecnológica en la que existe un aprendizaje que nos permite ser flexibles. La tecnología permite que cometamos errores con menos margen de error y sin apenas coste. ¿Cómo afectará esta revolución tecnológica a estos cambios?

Si palabras como blockchain todavía no forman parte de tu vocabulario, si desconoces las habilidades que tendrás que desarrollar cuando tu compañero sea un robot, la infinidad de posibilidades para trasformar los datos en información, en qué consiste la automatización de procesos o la diferencia entre la inteligencia productiva vs la cognitiva. Si la vinculación entre dos asistentes virtuales en el proceso de reserva o compra te parece algo imposible o si le temes a los sistemas de inteligencia artificial, entonces nuestra recomendación es que te prepares para el cambio. Y eso es lo que deberíamos hacer según el analista económico Marc Vidal, cuestionarnos nuestra situación cada 6 meses, ya que "es la esencia humana ante el cambio".

Y es que la percepción de lo que viene a partir de ahora solo se concibe, para Marc, como un desafío digital, pero es inevitable que para muchos se traduzca en miedo, y ¿cómo gestionamos este miedo? Es lo que para Vidal se conoce como la transformación extendida y que debe situar al cliente en el centro.

Para ello es clave que se cumplan los siguientes requisitos: el primero es distinguir entre el cliente y el usuario y generar de este modo una mayor experiencia de cliente; donde es importante que alguien le dé sentido a la información para que se convierta en conocimiento. En segundo lugar, es importante localizar y modificar los códigos y procesos para optimizar el trabajar en equipo a través de la inteligencia artificial. La tercera clave es: convertir el producto en servicio, es decir, cuidar a la comunidad para seguir generando vínculo, el servicio es la clave y el canal donde este se ofrece también. Y, por último, pero no menos importante, sino más bien lo contrario, la búsqueda de la excelencia humana en equipos, todo lo que no se pueda automatizar está en manos del capital humano, la constancia, el pensamiento crítico, desaprender para seguir aprendiendo, en definitiva, beneficiarse de esta inteligencia emocional que las máquinas no tienen.

Y es que como concluye el CEO de Grupo Cap Vermell, Antonio Mir, Cap Vermell Grand Hotel no es el mejor del mundo por su ubicación, sino por sus empleados y su equipo.

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